- Señores pasajeros, por favor abróchense los cinturones. El vuelo está a punto de comenzar.
- "Están locos. Todavía no hemos despegado y ya nos hacen amarrarnos al suelo. Así no se puede soñar..."
martes, 28 de enero de 2014
Pareado impar
Puse en una balanza mis deseos y la realidad
y acabó por salirme un número impar:
Los deseos pesaban menos,
pero, sin duda, llenaban más.
y acabó por salirme un número impar:
Los deseos pesaban menos,
pero, sin duda, llenaban más.
lunes, 27 de enero de 2014
viernes, 24 de enero de 2014
Perdóname, señor, si he amado por encima de mis posibilidades.
En el burdo intento de vivir no he optado por fingir.
Se me notan los sentimientos: esa es mi melodía.
Si huelo la mentira, arrugo la nariz;
si presiento la belleza, se me iluminan los ojos.
No sé sonreír: cuando creo estar aprendiendo
yo mismo censuro el intento.
Y así voy, con los labios borrachos,
buscando un beso que no he pedido.
En el burdo intento de vivir no he optado por fingir.
Se me notan los sentimientos: esa es mi melodía.
Si huelo la mentira, arrugo la nariz;
si presiento la belleza, se me iluminan los ojos.
No sé sonreír: cuando creo estar aprendiendo
yo mismo censuro el intento.
Y así voy, con los labios borrachos,
buscando un beso que no he pedido.
lunes, 20 de enero de 2014
Fuga parcial
Observar es perseguir a un acento inconexo. No hay palabras flotantes...
Tienes que pararte a contemplar qué objeto ha usado esta vez el disfraz.
Juegas al escondite con la pupila, contando mentalmente lo que el espacio te ofrece.
Nada, quiero decir, nada definitivo. La mirada sigue tirando del hilo esperando una punzada que no llega. Tus ojos se retuercen y se congratulan, dubitativos de la expectación ambigua. Finalmente deciden cerrarse como una mano que saluda a una vieja conocida: con más tacto del que cabe en la piel. Y así se despiden: con el escenario esperando.
Tienes que pararte a contemplar qué objeto ha usado esta vez el disfraz.
Juegas al escondite con la pupila, contando mentalmente lo que el espacio te ofrece.
Nada, quiero decir, nada definitivo. La mirada sigue tirando del hilo esperando una punzada que no llega. Tus ojos se retuercen y se congratulan, dubitativos de la expectación ambigua. Finalmente deciden cerrarse como una mano que saluda a una vieja conocida: con más tacto del que cabe en la piel. Y así se despiden: con el escenario esperando.
Pasillos secretos
Nunca he entendido lo de personas de clase baja, clase media y clase alta:
en mi colegio sólo había una única planta...
en mi colegio sólo había una única planta...
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